Según un informe del Banco Mundial, solo en los países de la OCDE, donde la sociedad de consumo juega un papel clave, se producen 572 millones de toneladas de basura al año, el 44% de la generación global. Estas impactantes cifras, palidecen si las ponemos en una balanza mundial; en el mundo se contabilizan al día más de 3,5 millones de toneladas de desechos y al año esta magnitud llega a elevarse

Este sorprendente dato es una consecuencia del modelo económico lineal que se ha impuesto durante años, y que ha estado basado en la extracción, producción, consumo y eliminación. Modelo que implica un alto coste ambiental, no solo a la hora de producir los artículos, sino también al acabar su ciclo de vida.

Por esto es muy urgente implantar otro sistema más sostenible, que aproveche mejor los recursos de los que disponemos y que dé una nueva vida a los residuos que generamos: la economía circular. 

¿Cómo se define la economía circular?

La economía circular se define como un nuevo modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible en el tiempo. Con este modelo económico promovemos la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos, reciclándolos o dándoles una nueva vida para convertirlos en nuevos productos.

Su objetivo principal es aprovechar al máximo los recursos materiales de los que disponemos alargando el ciclo de vida de los productos. Su idea surge de imitar a la naturaleza, donde todo tiene valor y todo se aprovecha, donde los residuos se convierten en un nuevo recurso. Así logramos mantenemos el equilibrio entre el progreso y la sostenibilidad.

De esta forma huímos del actual sistema económico lineal, caracterizado por la idea de usar y tirar, y se apuesta por otro más respetuoso con el medio ambiente y basado en la prevención, reutilización, reparación y reciclaje.

Diferencias entre la economía circular y la lineal

Hasta la actualidad los modelos de producción que hemos aplicado han sido lineales, es decir, extraemos, producimos, consumimos y desechamos; y es que la sociedad en la que vivimos hace que el ritmo de consumo se esté acelerando, siendo un modelo rápido pero poco sostenible para el planeta. 

Por otra parte, la economía circular establece un modelo de producción y consumo más sostenible, en el cual las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos productivos y pueden ser aprovechados de manera más recurrente, procurando con ello generar muchos menos residuos. Como su propio nombre nos indica, la esencia de este modelo viene de que los recursos disponibles se mantengan en la economía el mayor tiempo posible, promoviendo que los residuos que generamos puedan transformarse en materia prima para otras industrias. 

Beneficios de la economía circular 

Este modelo económico nos proporciona una serie de beneficios, que repercuten directamente en nuestra sociedad y en el planeta Tierra. 

• Protege al medio ambiente, reduciendo las emisiones de la producción, minimizando el consumo de recursos naturales y disminuyendo la generación de residuos. 
• Beneficia a la economía local, ya que fomenta modelos de producción basados en la reutilización de residuos cercanos como materia prima. 
• Fomenta el empleo, estimulando el desarrollo de un nuevo modelo industrial más innovador y competitivo, así como un mayor crecimiento económico y de empleo.
• Favorece la independencia de recursos, ya que la reutilización de los recursos locales impulsa una menor dependencia de la importación de materias primas.

Principios de la economía circular

Seguro que conoces la regla de las 3R, indispensables para un desarrollo sostenible y la conservación del equilibrio ambiental: reducir, reutilizar y reciclar. Pero, ¿sabías que existen otras cuatro reglas? Sí, estas son las 7R, los pasos necesarios para alcanzar la economía circular. Te los contamos:

• Rediseñar: es decir, pensar y diseñar los productos de manera que su proceso de fabricación ya consuma menos materias primas y sea posible alargar su vida útil, generando menos residuos, o al menos residuos que podamos reciclar más fácilmente. 
• Reducir: cambiando nuestros hábitos de consumo hacia un modelo más sostenible, ayudando a evitar la generación de residuos, el gasto de materias primas y el impacto negativo en el medio ambiente. 
• Reutilizar: dando una nueva vida o utilidad a los productos, ayudando a alargar su vida útil. 
• Reparar: y es que hasta ahora, si un producto se estropeaba tendíamos a reemplazarlo, pero una reparación no solo es lo más económico, sino que evita el uso de nuevas materias primas, ahorra energía y no genera residuos al medio ambiente. 
• Renovar: lo que significa actualizar objetos antiguos para que se puedan volver a reutilizar.
• Reciclar: promoviendo unas mejores prácticas en la gestión de residuos y reutilizando aquello que sea posible como materia prima para la fabricación de nuevos productos. 
• Recuperar: dando nuevos usos a productos que pensamos desechar, como puede ser utilizar las botellas de plástico para crear sistemas de riego, maceteros o comederos de aves. 

Implementa estos pequeños pasos para reducir tu generación de residuos, y síguenos en redes sociales para conocer todas las novedades sobre fotovoltaica.